Ellos no saben el por qué de ese encierro, seguro no entienden a esos niños que les gritan y a los padres que los alimentan, solo viven transcurriendo los días calurosos y fríos de Lima.
Sin saber siquiera por qué están atrapados visitamos desde pequeños esas "guzmanezcas" celdas en las que tienen cautivos a cientos de animales lejos de sus hábitats.
Y es que re-edito este post por este monito fotografiado hace años, para quien hoy no pido un mejor salario, ni más beneficios labores, ni siquiera grati, como las de director del Parque de las Leyendas, o los veterinarios que ganan a costa de ellos, solo pido mejores espacios, más amplios, más limpios, más saludables, solo eso.
