Dicen, los bien entendidos, que la gastronomía turística en Iquitos se vive y saborea mejor en Nanay.
No
solo porque uno de los restaurantes más paradisíacos está flotando
sobre el vaivén del río del mismo nombre, sino también porque las más
extrañas, nutritivas y exquisitas comidas y bebidas, están todas
preparadas por manos oriundas del lugar.
Empero, hay un tercer y decisivo elemento, por el que sale a cuenta no reparar en gastos e ir a comer hasta "Bellavista Nanay": La espléndida vista.
Desde
donde nos paremos encontraremos al puerto de Nanay hermoso. Tal cual
describe su primer nombre, este lugar es todo un espectáculo natural,
podríamos estar de pie largas horas observando el trascurrir del día, el
movimiento de las personas que apuradas abarrotan el mercado, ubicado
frente al río, adquiriendo cantidad de pescados de nombres que ya ni
recuerdo, plátanos verdes por racimos a precio huevo, cocos, papayas, y
diversidad de alimentos que me tomarían todo el post detallar.
Podríamos
observar por horas también sin quejar el ir y venir de los botes,
lanchitas y hasta barcos que con sus ruidos peculiares captan la
atención de hasta los lugareños.
Podríamos tener
suerte, como la tuve, y ver en vivo y en directo el aterrizaje y
despegue de una avioneta en el río mientras circulaba uno de los barcos
de la marina, todo imponente y bullicioso.
Podríamos comer ahí, como también lo hice, pero esto ya no es cuestión de suerte, sino del tamaño del bolsillo.
Van
ya dos veces que visito el mismo restaurant sin nombre. Por ahora no
está literalmente sobre el río, ya que en estos meses no hay crecidas
desbordantes. Es enteramente de madera, con una entrada algo angosta a
mi gusto donde el aroma de los ricos potajes te atrae ineluctablemente a
visitar sus instalaciones.
Caminar sobre madera,
sabiendo que bajo ese suelo hay nada más que un precipicio de 20 metros o
más, es emocionante. Sentarte y apreciar panorámicante la belleza de la
Selva vale lo que sea.
Sábalo, tacacho, plátano
ahumado, juane, etc etc, una gran lista de deliciosos platos llenos para
saciar nuestro gusto por la culinaria selvática. Basta probar un
poquito de cecina para enamorarse de ese sabor y textura, tomar un
poquito de arazá para cambiar a la burbujeante Coca Cola o simplemente
intentar admirar lo variado de la gastronomía loretana para amar más a
nuestro país.
Te amo Nanay, Te amo Iquitos.
Marzo 2013
Hoy
buscando entre los post no publicados, hallé éste y me emocioné, porque
modestia a aparte, escribía mejor hace un par de años, por la práctica, imagino yo.
Hoy añado a este inédito post del 2009 el nombre de aquel restaurante sobre el vaivén del río: "La Abejita".
De piso, mesitas
y techo de madera, el viento del Nanay chocaba
nuestros rostros mientras ansiosos esperábamos, ella su tacacho y yo
mi enorme cecina.
Recuedo el ají charapita, solo su fuerte olor, porque no lo probé.
Recuerdo
tanta paz. Felicidad. Recuerdo la corriente de motos que iban y venían, a través de la entrada tipo cuello de botella.
Recuerdo el óvalo de Nanay, donde los Jumbos
llenaban pasajeros que regresaban luego de hacer sus compras en el mercado extravagante, de
comer rico, o haber visitado alguna islita cercana.
Y
es que Nanay, por ser un puerto también permite navegar a islotes
temporales a 10 ó 20 minutos en "rápido" (lanchitas) y pasar un día
fenomenal.
Es que así es Iquitos y sus parajes, recontra lindo. Saludos.
3 comentarios:
ohhhhh qué lindo Bellavista-Nanay, una gran crónica amigo, mi próximo destino tiene que ser Iquitos. Abrazos.
uantos recuerdos del Nanay, fue uno de mis lugares preferidos cuando me tocó vivir por iquitos hace ya 3 años, felicitaciones por su post!!!
Publicar un comentario