Qué pena que las "Misses" nunca más vuelvan a ser de "pura carne".
Qué pena.
Amaba esos rollitos demás. Esas sutilezas que el cuerpo humano se da y que ni el ejercicio, en casos, puede borrar. Los amaba.
Adoraba la naturaleza creadora para superdotar a algunas y colocar en desventajas a otras, que menos se amilanaban y lucían en la pasarela muestra de su garbo y dulzura.
Odio hoy a los cirujanos plásticos y a toda la zarta de "desorganizadores" del Miss Perú (o cómo se llame, porque hoy ni se entiende cuál es cuál), porque nos han robado la magia femenina natural y mas aún, nos ponen contra la pared al intentar discernir entre una "irreal" y una "verdadera".
Las Misses, ya no son misses hoy.
Se han convertido en una mercancía más de la televisión, del bisturí, de la liposucción y de otras cosas que no perderé el tiempo en investigar.
Extraño a las de antaño. A las físicamente preparadas, a las nutritivamente sanas. A aquellas que muchos pensamos pero que hoy, son solo de antaño.
Desgracia saber, que ya no es motivo de vergüenza, haber tenido 1 ó 2 ó 3 cirugías, o "arregladitas" como quieren maquillar algunas participantes, entre otros.
Hoy ya es permitido.
Adiós al tabú de la cirugía.
Próximamente habrá intercambio de partes, como cuando mi hermana jugaba con sus muñecas y le ponía la cabeza de una al cuerpo de otra.
Bienvenida la era de la Miss "muñeca de plástico."
No hay comentarios:
Publicar un comentario