13 de septiembre de 2009

Nanay


Dicen, los bien entendidos, que la gastronomía turística en Iquitos se vive y saborea mejor en Nanay.

No solo porque uno de los restaurantes más paradisíacos está flotando sobre el vaivén del río del mismo nombre, sino también porque las más extrañas, nutritivas y exquisitas comidas y bebidas, están todas preparadas por manos oriundas del lugar.

Empero, hay un tercer y decisivo elemento, por el que sale a cuenta no reparar en gastos e ir a comer hasta "Bellavista Nanay": La espléndida vista.

Desde donde nos paremos encontraremos al puerto de Nanay hermoso. Tal cual describe su primer nombre, este lugar es todo un espectáculo natural, podríamos estar de pie largas horas observando el trascurrir del día, el movimiento de las personas que apuradas abarrotan el mercado, ubicado frente al río, adquiriendo cantidad de pescados de nombres que ya ni recuerdo, plátanos verdes por racimos a precio huevo, cocos, papayas, y diversidad de alimentos que me tomarían todo el post detallar.

Podríamos observar por horas también sin quejar el ir y venir de los botes, lanchitas y hasta barcos que con sus ruidos peculiares captan la atención de hasta los lugareños.

Podríamos tener suerte, como la tuve, y ver en vivo y en directo el aterrizaje y despegue de una avioneta en el río o al menos ver pasar uno de esos barcos de la marina, todos imponentes y bulliciosos.

Podríamos comer ahí, como también lo hice, pero esto ya no es cuestión de suerte, sino del tamaño del bolsillo.

Van ya dos veces que visito el mismo restaurant sin nombre. Por ahora no está literalmente sobre el río, ya que en estos meses no hay crecidas desbordantes. Es enteramente de madera, con una entrada algo angosta a mi gusto donde el aroma de los ricos potajes te atrae ineluctablemente a visitar sus instalaciones.

Caminar sobre madera, sabiendo que bajo ese suelo hay nada más que un precipicio de 20 metros o más, es emocionante. Sentarte y apreciar panorámicante la belleza de la Selva vale lo que sea.

Sábalo, tacacho, plátano ahumado, juane, etc etc, una gran lista de deliciosos platos llenos para saciar nuestro gusto por la culinaria selvática. Basta probar un poquito de cecina para enamorarse de ese sabor y textura, tomar un poquito de arazá para cambiar a la burbujeante Coca Cola o simplemente intentar admirar lo variado de la gastronomía loretana para amar más a nuestro país.

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