6 de febrero de 2013

10 Consejos para alquilar un cuarto

Aguantar inquilinos puercos, chicheritos bullangueros, chiquillos ajenos y viejos con señoras de la vida alegre, solo puede suceder cuando alquilas un cuarto.

Alquilar un cuarto no es un tema tan simple como parece.

Es necesario ser consciente de que al escoger el nuevo lugar donde vivirás, aunque sea por un par de meses,  expones tus ocho horas de sueño y mucho más, estás poniendo en calma tu calma y seguridad.

¿Pero cómo seleccionar el cuarto, mini-depa o departamento adecuado?

¿Cuáles serían las directivas a seguir para hallar ese "rinconcito de paz"?

Lo primero es nuestro bolsillo. Estoy convencido que muchas veces por ahorrar, seremos capaces de habitar en el techo de una casa, en ese cuarto pre-fabricado, al costado del corral de los pollos de la dueña, sin escatimar que esos pájaros tienen pulgas, y esas pulgas seguramente nos invadirán, sin pensar en el sol del verano que en sus horas pico asará las paredes, cual microondas deshielando el ají de gallina, sin tener en mente que si vivimos en una ciudad lluviosa, al amanecer de una noche intensa, secaremos el piso con nuestros zapatos y la basta de nuestros pantalones y encima tendremos que barrerle todo el techo a esa señora que feliz continúa durmiendo en cama.

Pero felizmente llegaste a este blog, así que esos detalles ahora los tomarás en cuenta.

Lo segundo viene al entrevistarnos con el dueño, preguntarle qué tipo de vecinos tenemos alrededor, así tendremos una idea grosso modo del ambiente al que posiblemente nos mudaremos. Y si la respuesta es: Pues allá vive una familia con 2 bebés o aunque sea solo 1, olvídenses, escapen de ahí inmediatamente, proque cada vez que ese niño  en la madrugada, tú serás padre y madre políticos, y lo peor que cuando quieras darle su chicotada para continuar cerrando tus ojos, no podrás.

Lo tercero, es buscar un cuarto con ventana, es mejor estar ventilados naturalmente, más aún si quieres eventualmente cocinarte algo, o si estás con la gripe, no morirás ahogado en un cuchitril.

El cuarto consejo, es evitar un cuarto con ventana al tragaluz, a menos que del otro lado haya una pared. Porque por experiencia propia buscarás cuidar tu privacidad  y hasta con cartulinas taparás tu ventana, más si del otro lado hay un chismosazo o chismosaza.

No hacerse problemas con la gente de las casas aledañas sería mi quinta recomendación, más aún si viven tirapiedras o pirañones de esos que abundan en todo lugar. Mantener el perfil bajo es mejor, aunque por dentros estemos: ESOS CON...DENADOS.

El sexto consejo, para ahorrar, caminen, caminen y caminen y la luz caerá sobre ustedes. Hallarán all included: cama, luz, agua, cable, internet, y hasta quizá una lavandería solo para ustedes, se los digo porque me pasó, a un gran precio.

Octavo. Sean desconfiados. Pidan boleta, un recibo o al menos un papelito de cada mes pagado y la garantía, donde el dueño consigne su cancelación mensual y las condiciones, con su nombre, DNI y firma, porque hay algunos que te alquilan y son recontra estafadores, más cuando dejaste un mes de garantía y ya cavilaron en cómo hacértela larga para devolvértelo.

Noveno. Estén seguros antes de firmar un contrato. Vean bien. Como yo digo, denle vuelta al cuarto y al contrato.

El décimo y último, si tienen problemas en el cuarto, comuníquenlo inmediatamente, no se aguanten, porque ustedes no viven gratis. Su seguridad está sobre todo.

Suerte en su próxima mudanza.

2 de febrero de 2013

"... y nada..."

Prendo el televisor o la radio y los "artistuchos" del momento inician el día con el sinfín de "y nadas".

Desde cuándo se puso de moda el "...Y NADA..."

No recuerdo en la televisión de "antes", quizá porque la veía poquísimo, el abundante multiuso de esas dos palabritas que hasta por conocidos entrevistadores, en nuestros fúnebres noticieros, hoy se emplea.

¿Por qué mejor no quedarse callado, en vez de acotar "...Y NADA.."?

Llego a pensar que la gente cree que el "...y nada..." es la transición obligatoria entre lo que vienen diciendo y alguna otra idea que anda perdida en sus cabezas, pero que llega a destiempo, o no llega.

O es que es la forma más fácil para salir del apuro de una insuficiencia creativa.

Da pena, ver a tantos comenzar tan bien, iniciar una entrevista, dar un comentario, etc, y terminar tirando tantas piedras con sus "y nadas".

No sé si es que solo a mi me molesta, quizá muchos dirán cambia de canal, qué fácil. Es como si yo te recetase, si te duele una pierna, fácil, ampútala.

Yo entiendo, al "...y nada..." como la culminación de todo lo que tenía que decir, pero de ningún modo como un conector de mis vagas ideas.

Así que para los cuantos que me leen evitemos compartir esa forma tan peculiar y horrible de hablar, porque la famosa "teleaudiencia" ya ha copiado a través de sus mentes frágiles y esponjosas esas dos palabras para su uso diario.